Puesta a punto de una nueva tecnología de procesos
Ensayos de cultivos de cobertura en diferentes regiones CREA
En once regiones del Movimiento CREA se están llevando a cabo acciones para evaluar el impacto productivo y económico de los cultivos de cobertura (o de servicio) en las rotaciones agrícolas.
Si bien inicialmente las experiencias y evaluaciones se concentraban en los cultivos de cobertura invernales, actualmente el panorama se amplió de manera significativa al evidenciarse que los mismos pueden cumplir una gran variedad de servicios ambientales en las diferentes etapas de las rotaciones.
La región CREA Centro fue pionera en la introducción de cultivos de servicio a partir de una necesidad concreta: en 2009 el cultivo de trigo se tornó económicamente inviable y los empresarios agrícolas de la zona debieron buscar alternativas para el período invernal. Luego de realizar las primeras experiencias en la materia, a partir de la campaña 2014/15 acordaron –en el ámbito de la Mesa de Intercambio Agrícola Regional– pautas para realizar evaluaciones protocolizadas de los cultivos de cobertura en los sistemas agrícolas de la zona.
“En los últimos dos años los cultivos de cobertura son la práctica agronómica que mayor crecimiento relativo registró en el ámbito de las empresas CREA”, explica Cecilia Panizzo del área de Investigación y Desarrollo de CREA. “El próximo desafío que tenemos entre manos es estandarizar y unificar criterios al momento de realizar evaluaciones al respecto en las distintas regiones CREA”, añade.
Córdoba Norte
En la campaña 2017/18 se llevó a cabo por primera vez en la región CREA Córdoba Norte un macro-ensayo de cultivos de cobertura con el propósito de evaluar diferentes especies solas y en mezclas para determinar los servicios que cada una de ellas podría brindar al sistema agrícola.
“El foco principal estuvo puesto en los efectos de los cultivos de sobre la capacidad de infiltración del suelo, una de las problemáticas más importantes para la región”, explica Sandro Raspo, empresario CREA pionero en la introducción de cultivos de cobertura en la zona Centro y responsable del diseño de protocolos de ensayos en la materia en la región CREA Córdoba Norte.
“El aumento de la infiltración está dado principalmente por las tuberías formadas por las raíces de las distintas especies que se siembran en el período invernal entre cada cultivo de renta. Al mejorar dicho parámetro físico del suelo, aumenta la cosecha de agua, lo que beneficia directamente los cultivos”, añade Sandro.
El ensayo se implantó el 19 de mayo con sembradora de granos finos a 21 centímetros entre hileras. Se realizaron seis macro parcelas cruzando dos ambientes topográficos cada una de ellas. A la siembra se fertilizó con 30 kg/ha de fosfato diamónico (PDA) y luego de la siembra se aplicó 150 cc/ha de carfentrazone + 600 cc/ha de gflifosato. Las especies evaluadas de manera individual fueron vicia y dos variedades de centeno (Don Ewald y Don Enrique), mientras que las combinaciones incluyeron vicia + trébol persa + trébol balansa + rabanito + nabo forrajero y este último con el agregado de centeno + triticale + zanahoria.
El 3 de noviembre se cortó el ciclo de los cultivos de cobertura por medio de un rolo de baja intensidad (crimper) para posteriormente –el 17 de ese mismo mes– realizar una medición de infiltración en las diferentes parcelas, detectando un valor de 61 milímetros/hora en el lote testigo (barbecho) y un cifra similar (71) en el centeno, pero de 121 y 228 mm/hora en los cultivos multiespecie de leguminosas y leguminosas + gramíneas respectivamente. La producción de materia seca en todos los ensayos de cultivos de cobertura superó los 2000 kg/ha con un máximo de 2862 kg/ha en el caso de la vicia.
Sudeste
En la región CREA Sudeste la evaluación de cultivos de cobertura comenzó en el ciclo 2017/18 a partir de una inquietud de los integrantes del CREA Mar Chiquita.
“Los primeros resultados de los ensayos, el analizar los rindes del maíz y soja de primera posteriores a los cultivos de servicio, además del impacto de los mismos en el control del malezas, muestran que pueden ser una tecnología interesante por incorporar en las rotaciones agrícolas presentes en nuestra región”, explica Gastón Therisod, asesor del CREA del Tuyú y representante de la zona Sudeste en la Mesa de Planes Nacionales CREA.
La evaluación incluyó franjas de avena, vicia y tréboles rojo, persa y subterráneo. Todos –menos este último– mostraron un control de malezas importante a los 90 días posteriores a la siembra (ver gráfico 1). Al momento del secado químico, las especies que mostraron un comportamiento más destacado en lo que respecta tanto al control de malezas como a la generación de materia seca fueron la avena y el trébol persa.
Gráfico 1. Recuento de malezas a los 90 días posteriores a la siembra de cultivos de cobertura. Región CREA Sudeste
Al evaluar el impacto de los diferentes cultivos de cobertura en los rendimientos logrados en el cultivo posterior de soja de primera, se observaron rindes superiores al testigo (barbecho) en vicia, avena, trébol persa y subterráneo, mientras que el trébol rojo no se pudo controlar por completo, requirió una aplicación extra y, aún así, persistió para terminar afectando el potencial de rendimiento de la soja en forma severa por competencia (ver cuadro 1).
En cuanto al maíz temprano, todos los ensayos con antecesor de cobertura obtuvieron un rendimiento superior al testigo en los planteos sin fertilización –destacándose especialmente el trébol persa–, mientras que en los ensayos con agregado de fertilización nitrogenada, con un ajuste total de 150 kg/ha de nitrógeno, mostraron un rinde sustancialmente superior al testigo con una diferencia de hasta 48 qq/ha (gráfico 2).
“En esta campaña 2018/19 se realizó una nueva evaluación, localizada en las inmediaciones de la zona de Ayacucho, con una mayor cantidad de especies. Creemos que será una herramienta importante en los lotes que por rotación se desocupan temprano –como girasol, sojas cortas o maíz para ensilado– para sembrarse posteriormente con cultivos de gruesa”, apunta Gastón.
Cuadro 1. Rendimiento de soja de primera según antecesor barbecho químico (testigo) versus cultivos de servicio en kg/ha. Humead y plantas/ha. Región CREA Sudeste
Gráfico 2. Rendimiento de maíz temprano según antecesor barbecho químico (testigo) versus cultivos de servicio en kg/ha (con y sin fertilización nitrogenada). Región CREA Sudeste
Litoral Sur
El 29 de marzo de este año se sembró en un lote con antecesor maíz temprano de la empresa Berardo Agropecuaria un ensayo de cultivos de cobertura por medio de voleo con Altina. Las especies con sus respectivas densidades de siembra pueden verse en el cuadro 2.
La determinación de cobertura vegetal por especie realizada el 23 de julio con el programa CobCal, junto con el seguimiento de la evolución del índice verde (NDVI) por medio de imágenes satelitales de alta resolución (3×3 metros), permitió evidenciar un comportamiento destacado del raigrás, el cual, si bien registró un arranque lento, terminó aportando un muy buen nivel de cobertura aún con una baja densidad de siembra (ver gráfico 3 y cuadro 3).
“En vicia se observó una buena implantación y nodulación a pesar del método de siembra, lo que permite evaluar a esa especie como una herramienta atractiva para controlar malezas de otoño en aquellos casos en los cuales se pueda implantar temprano”, explica Lucas Burzaco, coordinador técnico agrícola de la región CREA Litoral Sur. “La avena blanca también registró un desarrollo inicial muy importante para generar una competencia temprana”, añadió.
Cuadro 2. Especies evaluadas con su respectiva densidad de siembra y plantas logradas por hectáres. Región CREA Litoral Sur.
Gráfico 3. Porcentaje de cobertura vegetal de malezas y cultivos de cobertura versus testigo (barbecho). Región CREA Litoral Sur
Cuadro 3. Evolución del NDVI en cultivos de cobertura versus testigo (barbecho). Región CREA Litoral Sur
Norte de Santa Fe
En el ciclo 2017/18 el equipo técnico de la región CREA Santa Fe Centro comenzó a evaluar el comportamiento de distintas especies aptas para la siembra en cobertura (cebada, raigrás, vicia y trigo) respecto al control cultural de malezas en barbecho largo y al consumo de agua en lotes con riesgos por exceso hídrico.
“La mayoría de los empresarios agrícolas de la región todavía no tuvieron posibilidades de adoptar esta tecnología de manera sistemática. La utilidad de los mismos a la hora de colaborar al control de malezas, consumir excesos hídricos de campañas pasadas, mejorar las cualidades físicas de los suelos, entre otros factores, son evidentes, pero para que la tecnología pueda emplearse de manera efectiva necesitamos todavía medir de manera fehaciente la magnitud de esos aportes al sistema, junto con el retorno esperable de los mismos”, remarca Doria Turchi, coordinadora técnica de Agricultura de la región CREA Santa Fe Centro.
En la actualidad el cultivo que en la zona está cumpliendo eventualmente las funciones de “cultivos de servicio” es el trigo de cosecha, aunque el mismo sólo es viable cuando existe una disponibilidad hídrica adecuada, algo que no siempre ocurre en la zona (en especial en el sector norte de la misma).
“Estamos evaluando gran cantidad de especies para tratar de mensurar la magnitud del servicio prestado al ambiente por cada una y buscando el manejo óptimo en función de las condiciones ambientales locales”, apunta Doria.
Sur de Santa Fe
En la región Sur de Santa Fe, si bien algunos grupos CREA y empresarios de la zona venían realizando experiencias en el tema, las inquietudes sobre el potencial de los cultivos de cobertura crecieron sustancialmente de la mano de los problemas generados por los excesos hídricos registrados en 2016 y 2017.
“Actualmente la posibilidad de disminuir la incidencia de malezas y el uso de herbicidas durante los barbechos largos está siendo uno de los motivos que más traccionan para su adopción, conjuntamente con el objetivo de mejora de las propiedades físicas del suelo”, explica Paula Gelso, coordinadora de ensayos de la región CREA Sur de Santa Fe.
La región tiene en ejecución dos sitios de ensayos: uno en Arias (Córdoba) sobre un Hapludol típico y otro en Las Parejas (Santa Fe) en un Argiudol Típico en los cuales se están evaluando los cultivos de trigo y avena de cobertura, centeno, vicia villosa, rabanito, tréboles persa y subterráneo y la combinación de vicia + avena + colza.
“El objetivo que tenemos es generar conocimiento sobre implantación, producción de materia seca, supresión de malezas y dinámica del nitrógeno –entre otros factores– de cada alternativa, además de determinar, en cada especie, el impacto en el rendimiento del cultivo de verano”, señala Paula.
En un trabajo en conjunto con el INTA Oliveros también se está estudiando la dinámica del agua (con sonda de neutrones) en algunas de las especies evaluadas con el propósito de relacionar posteriormente esos resultados con la producción de biomasa. “Esta campaña tendremos los primeros resultados de este ensayo que está planteado a tres años con una rotación cultivos de servicio/maíz tardío/servicio/soja de primera”, concluye Paula.