Qué hacer después de la sequía
Por primera vez desde 2008/09 la región pampeana argentina experimentó una sequía generalizada que, en mayor o menor medida, afectará a todas las empresas agropecuarias.
Si bien faltan algunas semanas más para poder tener un panorama más claro de la evaluación total del daño climático, en estos días los empresarios y equipos técnicos ya comenzaron a trabajar en la definición de un Plan B ante un escenario de ingresos menores a los proyectados inicialmente.
“Las pasturas están secas y las reservas de granos, rollos y silo son escasas, pero el objetivo es aguantar la mayor cantidad de tiempo posible la venta de la invernada para evitar contribuir a un descenso del precio de esa categoría”, comenta Gustavo Ruiz Suros, asesor CREA Arroyo de las Flores (Sudeste). En los últimos meses la distribución de las lluvias ha sido muy irregular en la zona de influencia del CREA, aunque todas las empresas del grupo esperan rindes inferiores al promedio histórico. Los cultivos más comprometidos son los de segunda. “Los destetes comenzaron ya muy temprano y en algunos casos se están comprando alimentos para realizar recría propia, esperando que en algún momento aparezcan lluvias que ayuden a recomponer la situación de las pasturas”, señala Ruiz Suros.
Las empresas del CREA Pergamino, si bien presentan situaciones bastante heterogéneas, cosecharán en general rindes de soja de primera y maíz temprano inferiores a los proyectados. Sin embargo, las mayores pérdidas productivas se esperan en los cultivos de maíz tardío y, especialmente, soja de segunda. “El aumento de precios de los granos no compensa en general la pérdida de rindes, de manera tal que en las empresas se está evaluando cómo encarar la campaña agrícola 2018/19 en el presente contexto”, apunta Sebastián Villena, asesor del CREA Pergamino.
En las últimas dos semanas los empresarios del CREA Elisa-Humberto Primo (Santa Fe Centro) esperaron que aparecieran lluvias salvadoras para los cultivos de segunda y tardíos. Pero eso no ocurrió. “Las pérdidas de rindes ya son un hecho”, explica Gustavo Leurino, asesor del CREA Elisa-Humberto Primo. “En el presente mes vamos a comenzar a trabajar en el diseño de un presupuesto financiero y también de largo plazo para ver cómo se encara la campaña 2018/19”, agrega. Los maíces tempranos lograron zafar parcialmente de la seca, aunque con rindes muy variables entre campos en un rango aproximado de 45 a 70 qq/ha, mientras que, en el caso del girasol, los rindes se ubicaron entre 15 y 25 qq/ha.
“La empresa tambera que integra el grupo CREA logró mantener las producciones individuales, pero, con reservas invernales que serán menores a las presupuestadas, los costos podrían aumentar a causa del incremento del uso de concentrados”, indica Leurino.
La situación de las empresas del CREA Ctalamochita –que abarca las zonas de influencia de las ciudades cordobesas de Río Cuarto, Sampacho, Adelia María y Vicuña Mackenna– es muy heterogénea en función de acumulados de precipitaciones que en las últimos meses fueron aceptables para algunos campos, pero claramente deficitarios para otros. “Afortunadamente los rodeos de cría venían con muy buenas condiciones corporales a partir de las abundantes recursos forrajeros que tuvimos el año pasado. Pero ahora comenzamos a experimentar restricciones hídricas en las pasturas y se están complicando las reservas para el invierno porque, si bien los maíces tempranos se ensilaron en general bien, los de segunda vienen muy complicados y en algunos casos se perdieron completamente”, comenta Mauricio Di Niro, asesor del CREA Ctalamochita (Centro).
“En sistemas de cría se están realizando destetes precoces y nadie está evaluando reducir el stock de vacas”, asegura Di Niro. “En los sistemas de invernada seguramente se ajustarán cargas y en algunos casos se está evaluando adelantar compras de maíz para asegurar reservas invernales. El factor clave en el negocio –que se está siguiendo de cerca– es cómo quedará la relación compra/venta de hacienda”, concluye.