El sector ganadero está trabajando a plena capacidad
Cuáles son las principales variables e incertidumbres presentes en el negocio pecuario.
El sector ganadero argentino está trabajando a plena capacidad para abastecer a la demanda interna y generar divisas por medio de las exportaciones. Pero no se encuentra exento de las turbulencias presentes en la actual coyuntura.
En el último lustro Argentina dejó de tener un stock de machos (novillos + novillitos) remanente al comienzo de cada ciclo ganadero. “Eso hace que cualquier impacto climático o económico tenga un efecto más intenso sobre el sistema de formación de precios de la hacienda”, explicó José Lizzi, líder del área de Ganadería de CREA, durante una charla en línea ofrecida esta semana.
La tasa de extracción de hembras (faena de vacas + vaquillonas sobre el total de hembras) es el indicador más adecuado para evaluar los procesos de retención y liquidación de la fábrica de la ganadería. Los datos disponibles, en ese sentido, muestran que a partir de 2019 se está consolidando un proceso de liquidación. “Debido a ese fenómeno, en 2020 se proyecta una disminución del stock de vientres del orden de 800.000 cabezas”, señaló José.
En 2019 se registró el nivel de faena bovina más elevado de la última década (tomando como punto de partida la gran liquidación producida en 2009). Y en el arranque del 2020, lejos de descender, la faena muestra un crecimiento respecto del mismo período del año pasado.
En los primeros meses del presente año la participación de la exportación sobre el total de la carne producida en la Argentina descendió tanto en volumen como en precio. Eso se debió primero a la caída de la demanda y de los precios de las partidas exportadas a China, fenómeno que comenzó en diciembre de 2019 para tocar un piso aparente en febrero pasado. El segundo motivo es la desaceleración generalizada del consumo de carne vacuna producido por la pandemia del Covid-19.
“Si bien el novillo pesado de exportación sigue complicado por la virtual desaparición de la demanda europea, en las últimas semanas comenzaron a recuperarse las compras realizadas por China, lo que debería tener un impacto favorable en los precios de la vaca gorda”, aseguró José.
“El desastre productivo ocurrido en Asia en general y China en particular el año pasado con la pérdida masiva de cerdos generada por la fiebre porcina africana salió del radar público por la pandemia del Covid-19, pero el problema de déficit de proteínas animales presente en esa región del mundo sigue siendo un factor de demanda clave para las naciones exportadoras de carnes”, remarcó.
El referente ganadero CREA recomendó a los empresarios pecuarios que tomen ciertos recaudos frente a los factores imprevistos que puedan llegar a presentarse en el actual contexto.
“En el escenario actual de enorme incertidumbre generado por la crisis sanitaria, no sería aconsejable planificar ventas muy concentradas de hacienda para bajar la exposición a eventuales problemas logísticos o alteraciones en el funcionamiento de la industria frigorífica”, apuntó.
“La gestión financiera orientada a la conservación de la liquidez deben ser cuestiones prioritarias en la actual coyuntura, ponderando adecuadamente variables como precio de venta, plazo y cobrabilidad de las operaciones. También es necesario evaluar todas las opciones disponibles para diversificar el riesgo monetario de manera tal de reducir el impacto de la depreciación de la moneda. En lo que respecta a los esquemas productivos, debemos tomar todos los recaudos que podamos para no quedarnos sin alimento para los animales”, remarcó José.
“Cualquiera de las dos situaciones –falta de liquidez o falta de alimento– nos expone a tener que comprar o vender en un contexto desfavorable en el cual se pierde por completo la capacidad de negociación, afectando desde la rentabilidad del negocio hasta su viabilidad futura en casos extremos”, concluyó.