El presidente de CREA, Francisco Lugano, disertó en el XXV Congreso de AAPRESID

Lugano destacó que “cuando nos preguntamos cómo prepararnos para dar respuestas a las demandas del futuro, uno de los principales desafíos es focalizarnos en fortalecer la competitividad de las empresas. Y este objetivo es posible si asumimos la responsabilidad de buscar la máxima eficiencia, con sistemas sostenibles y rentables”.

“Los temas a resolver en el futuro son cada vez más complejos ya que intervienen más variables y las respuestas a estos problemas no están en un asesor o en un experto sino que salen de la interacción entre varios de ellos y en lugar de haber una sola respuesta podrían existir varias. Es decir el conocimiento será compartido y no está en un solo lugar”, expresó.

También agregó: “A veces se habla de competitividad pero tenemos que definir qué queremos decir concretamente cuando enunciamos ser competitivos. El concepto exige considerar aspectos que se vinculan directamente con la innovación, entendida como el cambio disruptivo que le aporte a nuestras empresas una capacidad de competir más grande; tal como ocurrió en su momento con la incorporación de la siembra directa o los silos bolsa en nuestra agricultura”.

Asimismo señaló: “El sector agropecuario ha sido líder mundial en innovación y mejora continua en los últimos 20 años. Sin embargo, la competitividad de un sector aislado, por importante que sea, es insuficiente si no la acompañan los demás sectores que, en definitiva, acabarán condicionándolo por aumento de carga impositiva, falta de desarrollo educativo, ausencia de infraestructura, generación de una burocracia ineficiente, entre otros. Nuestro sector puede ser una guía para el resto de la economía en el desarrollo de una auténtica competitividad sistémica. Desde CREA tenemos un rol a desempeñar, tal como lo enuncia nuestra Visión 2025: las empresas CREA, integradas a la comunidad, son referentes de innovación y sostenibilidad”.

“Queremos contagiar nuestro compromiso a otros empresarios agropecuarios, a otras instituciones; con pilares de trabajo sólidos como las buenas prácticas de producción, la articulación público-privada, la promoción del trabajo en equipo, la capacitación y la educación. Con éstos principios, podemos satisfacer las necesidades de los consumidores sin comprometer los recursos de las futuras generaciones, ser altamente competitivos y comprometidos”, continuó.

Y concluyó: “La innovación y la incorporación de las nuevas generaciones es lo que nos van a permitir dar el salto productivo que necesitamos. Las respuestas no están en una persona sino que tenemos que ir buscándolas entre todos”.