El Índice de Viabilidad Económica Agrícola vuelve a terreno positivo
Luego de registrar un comportamiento desfavorable en la campaña pasada por efecto de la sequía
“Luego de haber tenido un inicio de campaña con altos requerimientos de financiación por la mala cosecha pasada y dificultades de acceso a créditos con tasas de interés razonables, los resultados agrícolas 2018/19 se proyectan más optimistas y les permitirían a las empresas empezar a recuperarse”. Así lo indica el último informe Microeconómico elaborado por la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA.
“Si bien el nivel de precios se encuentra por debajo del promedio de las últimas tres campañas, los rendimientos agrícolas superiores a los esperados contribuyen a compensar en general la ecuación, aunque se registraron diversas situaciones en las cuales los ingresos no lograron cubrir los costos por factores climáticos desfavorables o rindes normales”, añade.
Uno de los indicadores que calcula la herramienta “Radar Agrícola” CREA es el Índice de Viabilidad Económica Agrícola (IVEA), el cual brinda una aproximación al estado del negocio mediante la relación entre el rendimiento proyectado y el rinde de indiferencia para un cultivo, campaña y región en particular.
El IVEA global es un índice estandarizado que considera la superficie de cada uno de los cultivos en una determinada campaña y cuyo valor oscila entre 0 y 1. Cuando el valor es 0,5 significa que los rindes esperados son cercanos a los rindes de indiferencia, es decir, que el resultado operativo –sin considerar impuestos– es cercano a cero. Cuando el IVEA se encuentra entre 0,5 y 1, los rindes proyectados son mayores a los de indiferencia, mientras que lo contrario sucede cuando el IVEA se encuentra por debajo de 0,5.
El IVEA global (es decir, considerando la combinación de cultivos de esta campaña) de la presente campaña para los planteos en campo arrendado (o que consideran el costo de oportunidad de la tierra) es actualmente de 0,59, una cifra positiva que contrasta con el 0,45 obtenido en 2017/18 (campaña en la cual, debido a una sequía generalizada, muchas empresas agrícolas no lograron obtener los rendimientos necesarios para poder cubrir los costos).
Al evaluar el IVEA de cada cultivo a nivel nacional, en el ciclo 2018/19 los mayores valores promedio serían para los dobles cultivos de trigo/soja de segunda y cebada/soja de segunda con un rango de 0,70 a 0,75. En un segundo nivel se ubicaría el cultivo de soja de primera en un rango de 0,60 a 0,65. El maíz (temprano + tardío) es el cultivo más ajustado con un IVEA esperado para 2018/19 de apenas 0,57 (ver gráfico 1).
“Considerando un promedio ponderado de todos los cultivos realizados en el ciclo 2018/19 en campo arrendado, el 54% de la superficie sembrada registraría rindes superiores a los de indiferencia, mientras que en el 39% del área los rendimientos esperados serían relativamente similares a los de indiferencia (entre +/- 10%) y en el 7% restante se ubicarían por debajo debido a factores climáticos desfavorables y/o al impacto del costo del flete, entre otros factores”, señala el informe.
En lo que respecta a la soja de primera, en la mayor parte de las regiones productivas se prevén rendimientos agrícolas superiores a los de indiferencia considerando un precio bruto de venta promedio de la soja Rosario de 233 u$s/tonelada, salvo en sectores de la zona semiárida afectados por restricciones hídricas y del norte argentino que en la presente campaña experimentaron daños por inundaciones y temporales intensos (gráfico 2). El precio de venta surge de un calendario tentativo de fijación de precio mensual (que toma el precio futuro hasta mayo y el disponible en junio) de acuerdo a un ritmo histórico de cobertura y de considerar una posible ventana de venta de julio a junio de cada campaña.
“La viabilidad del negocio de soja de primera 2018/19 podría estar comprometida en aquellas situaciones en las cuales los productores no realizaron coberturas de precios en aquellos momentos del ciclo en los cuales los valores del contrato Soja Rosario Mayo 2019 del Matba eran superiores a los presentes actualmente en el mercado disponible”, advierte el informe.
La ponderación territorial de cada cultivo se realiza en función de los rindes promedio esperados o efectivamente cosechados obtenidos en la encuesta SEA-CREA de marzo pasado. A cada departamento se le asigna un planteo técnico típico para determinar su estructura de costos. En cada uno de esos planteos se calculan en dólares corrientes los Ingresos Brutos, Gastos Directos Fijos, Gastos Directos Variables, Gastos Indirectos y Arrendamiento o Costo de Oportunidad de la Tierra. Para monetizar los cálculos, se utiliza un calendario de compras de insumos y de realización de labores. En el modelo los precios de venta de cada producto se fijan de acuerdo a un calendario de ventas promedio en función de la cotización del contrato futuro de referencia presente en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) y a los valores en el mercado disponible presentes al momento de la cosecha de cada cultivo.
“En el ciclo 2018/19 las condiciones climáticas fueron favorables en la mayoría de las regiones. Se destaca la buena performance productiva de los cultivos de fina, los maíces tempranos y las sojas de primera, aunque la rentabilidad del negocio agrícola resultó comprometida por el descenso en cosecha del precio de los granos gruesos en aquellas situaciones en las cuales no se tomaron coberturas en el mercado de futuros”, concluye el informe.