Desafíos y oportunidades para la vitivinicultura
Casavecchia, la uva italiana para la elaboración de vinos de calidad llegó al país de la mano de Martín Kaiser, de la bodega Doña Paula y miembro del CREA Huarpe. Destaca que pertenecer a CREA fue una gran oportunidad de crecimiento y mejora en su empresa.
Elaborar vino es un arte. Quienes lo realizan tienen gran pasión y dedicación. Como Martín Kaiser, miembro del CREA Huarpe de la región Valles Cordilleranos, que mientras estudiaba agronomía en la Universidad Nacional de Cuyo, se enamoró de esta actividad. “Obtuve mi título de ingeniero agrónomo en 1999. Mi primer trabajo consistió en la plantación de un viñedo nuevo y desde entonces todo ha estado relacionado con esta hermosa actividad. Lo que más me atrapa es que la fruta producida, la uva, a diferencia de la producción de otras especies, es transformada luego en un nuevo producto, totalmente diferente: el vino”, señala. “El vino puede tener características muy diferentes según el lugar de origen, lo cual hace que sea un mundo muy complejo e interesante”, agrega Martín.
La herencia
Con su papá y abuelo viticultores, Martín conocía todo este mundo desde su infancia pero su gran experiencia junto a los viñedos la vivió al ingresar a Doña Paula, la empresa en la que actualmente trabaja. “La bodega está orientada hacia la producción primaria. Eso fue lo que más me interesó al momento de sumarme al equipo de trabajo”.
En Doña Paula, todos los vinos son elaborados a partir de la producción propia de más de 700 hectáreas. “Los viñedos están ubicados en las mejores regiones de Mendoza para la producción de vinos finos, lo cual es muy interesante para cualquier viticultor”, comenta Martín.
Con un espíritu investigador, Martín viajó por el mundo conociendo cada vez más el mundo del vino y así dio con la uva italiana Casavecchia, la que hoy se está insertando en la Argentina y que obtuvo el aval del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para sumarse a la línea de variedades para la elaboración de vinos de calidad. “Conocí la variedad en una feria de insumos e implementos para la vitivinicultura. Me llamó la atención que el vino era muy diferente a lo que conocíamos y, en Doña Paula decidimos plantar 5 hectáreas, lo cual curiosamente en ese momento significó un aumento del 5% de la superficie mundial, ya que la variedad sólo contaba con 100 hectáreas plantadas. A partir de que se empezó a producir hemos hecho un trabajo de seguimiento para aprender a cómo manejarla y el potencial de la variedad”, comenta el viticultor. Y agrega que “esta variedad tiene un perfil aromático muy especial con notas cítricas, que son muy raras de encontrar en un vino tinto”.
Experiencia CREA
En todos estos años de trabajo donde Martín creció tanto a nivel empresarial como personal, CREA hizo sus aportes en diferentes aspectos. “El compartir con colegas información y conocimiento nos ha permitido pisar sobre seguro a la hora de tomar algunas decisiones importantes y por otro lado hemos mejorado el entendimiento de cómo inciden los distintos factores productivos en la rentabilidad y sustentabilidad de los proyectos. Además, desde el punto de vista humano he tenido la oportunidad de conocer a gente hermosa con las que he podido incluso compartir viajes técnicos al exterior”, destaca Martín.