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Una experiencia exitosa en la región CREA Sudeste
Una gestión eficiente de las pasturas es un factor crucial para mejorar la competitividad de las empresas ganaderas. ¿Pero cómo lograrlo? Los integrantes de la región CREA Sudeste decidieron que tenían que hacer algo al respecto.
Así fue como en 2016 se realizó el primer módulo de capacitación para trabajadores encargados de gestionar pasto. El taller se llevó a cabo en el marco de un acuerdo realizado entre la mesa ganadera de la región CREA Sudeste y la empresa semillera Gentos, la cual en los últimos años desarrolló una metodología que dio muy buenos resultados denominada “Escuela de Pastores”.
“La iniciativa resultó muy exitosa y desde entonces la venimos repitiendo todos los años”, explica el asesor del CREA Vallimanca, Tomás Doeyo, quien es uno de los coordinadores técnicos del programa de capacitación. “Este año vamos a organizar el séptimo y octavo grupo de la Escuela de Pastores en las localidades de Cacharí y Conesa”, añade.
En todos los casos la propuesta consiste en que los trabajadores deban resolver cuestiones prácticas a campo en diferentes situaciones de pasturas y coyunturas estacionales.
“Una capacitación de estas características permite que las personas encargadas de gestionar pasturas terminen internalizando herramientas conceptuales por medio de las cuales puedan cuantificar con datos objetivos el impacto de su trabajo”, apunta Tomás.
“Es espectacular observar que, luego de capacitarse, los trabajadores comparten experiencias y datos utilizando terminología tal como tasa de crecimiento diario de una pastura o porcentaje de digestibilidad, mientras que antes las referencias empleadas eran solamente si una pastura era buena o mala. Creo que cualquier empresa que tenga un manejo pastoril debería capacitar a su personal con esta metodología”, asegura.
Simón Pichiquini, agrónomo y técnico junior de una empresa agropecuaria de la región CREA Sudeste, participó el año pasado de la Escuela de Pastores junto con el encargado y el puestero del establecimiento.
“Se trata de un curso muy útil y práctico que incluso me hizo cambiar algunos conceptos teóricos que estudié en la Facultad; no existe nada mejor para aprender a gestionar pasturas que hacerlo en el propio campo sobre una situación real”, señala Simón.
El hecho de que los tres integrantes de la empresa hicieran el curso permitió que todos compartiesen el mismo lenguaje al momento de diseñar y gestionar las diferentes pasturas presentes en el establecimiento, de manera tal de disminuir a la mínima expresión la posibilidad de errores por fallas en la comunicación.
“La modalidad de realizar evaluaciones in situ y trabajar en equipo me pareció fundamental para generar aprendizajes sólidos que permitan lograr cambios productivos sostenibles”, remarca Simón.
Ricardo Barzola, encargado de un establecimiento ganadero, hacía tiempo que tenía ganas de hacer el curso de la Escuela de Pastores. Hasta que finalmente el año pasado se le pudo dar porque la capacitación se organizó cerca de la localidad bonaerense en la que trabaja (General Belgrano).
“El que no ve los cambios que se generan con un manejo adecuado de pasturas, no lo puede creer. Antes veníamos comiendo pasturas muy pasadas, pensando que estábamos ofreciendo lo mejor a la hacienda, cuando en realidad era todo lo contrario”, comenta Ricardo.
“El año pasado comencé a manejar las nuevas pasturas con las técnicas aprendidas en el curso y los cambios productivos generados fueron notables”, asegura. “Recientemente incorporamos a la empresa un pasturómetro digital, lo que nos va a permitir realizar una planificación forrajera mucho más precisa”, añade el encargado.
El artículo completo puede verse en la edición de junio de la Revista CREA.