Oportunidades para todos
Doce años de un programa educativo impulsado por el CREA Gral. La Madrid.
En el año 2002 los integrantes del CREA Gral. La Madrid decidieron que debían comprometerse con su comunidad. Por entonces la crisis estaba generando serios problemas a muchas familias de ese pueblo de la región Sudoeste de Buenos Aires.
Las primeras acciones se realizaron de manera intermitente y amateur: hacían consultas a escuelas o familias para ver qué podían necesitar. Pronto descubrieron que, con esa metodología, los resultados logrados eran pobres.
Decidieron entonces que había llegado el momento de focalizar las acciones por emprender para luego darles un marco formal. Estudiaron las necesidades alimentarias de las familias de bajos recursos y descubrieron que en ese aspecto no había mayores inconvenientes. Pero sí había un problema grave con el acceso a la educación como posibilidad de igualar oportunidades de desarrollo personal. Había que hacer algo al respecto en ese sentido. Y pusieron manos a la obra.
Lanzaron una convocatoria para un cargo rentado de un profesional que pudiese formular acciones concretas a partir de necesidades reales. La elegida fue una especialista con cuarenta años de trayectoria en el ámbito educativo regional. Mónica Pacín, docente jubilada y tía de Fernando Pacín, quien, por entonces era asesor del CREA Gral. La Madrid y fue de los impulsores de la iniciativa.
La coordinadora del programa, a través del contacto permanente con docentes y directivos de los colegios de la zona, comenzó así a detectar las necesidades presentes en cada establecimiento educativo para poder definir acciones por seguir.
La mayor parte de los recursos captados se destinan a otorgar becas y ayudas a los chicos que terminan el secundario, dado que, para las familias de pocos recursos, el costo de solventar estudios terciarios o universitarios en otras ciudades del país es imposible de afrontar.
Formalización
El otro gran paso fue la formalización del programa a través de la constitución de una Asociación Civil sin Fines de Lucro denominada “Aclara”. Se trató de una medida necesaria para que las acciones pudiesen tener continuidad en el tiempo.
Las primeras becas se otorgaron en 2005. Pero luego hubo que continuarlas en 2006, año en el cual se agregaron nuevas becas. Estaba claro que a ese ritmo el bolsillo de los miembros CREA pronto iba a quedar corto para afrontar las obligaciones que se iban a sumar año tras año. Por este motivo comenzaron a solicitar colaboraciones a otras empresas de la zona. Pero para eso se necesitaba un marco formal.
De esta manera, al tratarse de una Asociación Civil sin Fines de Lucro con personería jurídica, puede emitir comprobantes de las donaciones recibidas, los cuales luego pueden ser computados como gasto en la liquidación de Impuesto a las Ganancias de la empresa o persona que hace la donación.
El estatuto de Aclara determina que el costo de administración y funcionamiento no debe superar el 10% de los recursos totales invertidos, asegurando así que el 90% del dinero recaudado se destine siempre a los beneficiarios directos. La financiación de todas las acciones proviene exclusivamente de aportes privados de los fundadores y colaboradores de la Asociación. El monto del aporte es libremente decidido por el benefactor –sin montos mínimos–, pero una vez decidido se solicita la continuidad por un año.
Becas
A partir de la plena colaboración de las asistentes sociales de cada institución educativa, todos los años se analizan listas de alumnos con potencial educativo que pertenezcan a familias de escasos recursos. Luego se piden informes a profesores y se realizan encuestas sociales a las familias. La coordinadora de Aclara además realiza entrevistas individuales con cada uno de los potenciales beneficiarios.
En los primeros doce años de historia de Aclara, se becaron a 127 estudiantes, de los cuales 74 son mujeres y 53 varones. Y 48 jóvenes lograron recibirse en carreras de grado y tecnicaturas (muchos de los cuales ya están trabajando). La dirección de la Aclara recibe mensualmente informes de la coordinadora sobre la evolución de los alumnos becados.
Una de las primeras becadas por el programa fue Romina Basualdo, quien estudio diseño e indumentaria. Oriunda de Bahía Blanca, participó de diferentes competencias de Bikini Fitness y fue seleccionada por la Federación Argentina De Musculación (FAM) para representar al país en la competencia amateur Arnold Classic USA 2014 y Expo Fitness Arnold Sport Festival 2014 organizada por Arnold Schwarzenegger. En 2015 le otorgaron la categoría para competir en torneos profesionales. Actualmente reside en Miami, EE.UU. Luciana Islas, ganadora de diferentes maratones regionales, se recibió el año pasado de Profesora de Educación Física.
En la fotografía -gentileza Nicolás Saracchi, de El Popular Medios de Olavarría- Matías Heht, estudiante de medicina en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Olavarría), demuestra su destreza como destacado ajedrecista que participa regularmente en torneos juveniles de ese deporte.
La nota completa estará disponible en la Revista CREA de mayo.